miércoles, 18 de noviembre de 2015

La Leyenda de la Papisa Juana (III): en el s. XIV/2



Hemos visto en la anterior entrada como esta leyenda se difundió rápidamente entre la última década del s. XIII y las primeras décadas del s. XIV. Y no hemos puesto todos los autores que hacen eco de esta leyenda, pero espero que sí estén todos los más importantes.
En la segunda mitad del s. XIV la leyenda, que ya cuenta con la bendición de las crónicas e historiadores (como hemos visto en la entrada anterior), se difunde sin contradicción alguna, asumiendo el carácter de hecho histórico cierto.
Pero algo falla. No existe un único relato coherente. Los historiadores trataron de delimitar el perfil de este relato y pulirlo de los detalles más excesivos; pero era como querer dirigir el viento. El relato se había transmitido oral y libremente duramente mucho tiempo. La variedad que reflejan los textos escritos (como ya hemos notado en la primera entrada) son reflejo de lo multiforme que eran los relatos orales, cada uno subrayando uno u otro aspecto, dando una u otra explicación.
Por eso en la segunda mitad del s. XIV seguimos viendo aparecer nuevos detalles, nuevas explicaciones. Cada autor tenía un amplio menú (de los libros y lo que corría oralmente por las calles) con el cual construir la leyenda. Y algunos probablemente no dudaban en añadir algo de su propia cosecha.
Para ilustrar este período solo vamos a presentar tres obras.
N) La primera es una “Mirabilia Romae” (= Cosas dignas de ver en Roma), una especie de guía turística para los peregrinos que visitaban la ciudad. Ahí se ofrecían datos históricos, artísticos o curiosidades sobre acueductos, murallas, palacios, termas, iglesias, etc. La primera “Mirabilia” fue escrita a mitad del s. XII y tuvo mucho éxito, así que fue copiada y ampliada en los siglos siguientes. Otros también escribieron obras similares, como por ejemplo el “Itinerarium Eisidlense” (que proponía al lector ocho rutas para pasear por Roma, explicando las maravillas que encontraría en cada recorrido) u otras que indicaban las iglesias, sus reliquias y las indulgencias que se ganaban en cada una de ellas.
En una edición ampliada de las “Mirabilia” del a. 1375 encontramos un par de referencias a nuestra leyenda.

ms. Vat. lat. 4265 (a. 1375), en Gustavus Parthey, Mirabilia Romae, Berlín 1869, p. 51 - 52.
.... en la [basílica] Lateranense, delante del atrio, está la "sede estercolera", donde se dice que el papa se debe sentar cuando es consagrado [en el puesto de] san Pedro. Y dice: “Plata y oro no tengo, pero lo que tengo, te doy”. (Hech 3: 6)
... in Laterano, ante ambitum, est "sedes sterquilinii", ubi papa ducitur ad sedendum, cum ad sanctum Petrum est consecratus. Et dicit: “Argentum et aurum non est michi, quod autem habeo, hoc tibi do”.
En el piso superior del palacio [Lateranense], ante [la capilla de] el “Santo de los Santos”, hay dos sedes, en las que se investiga si el papa es hombre o mujer.
Supra palatium, ante “Sancta Sanctorum”, sunt due sedes, in quibus consideratur papa, an masculus sit an femina.

Ibidem, p. 56
Ítem, junto al Coliseo, en la vía, está puesta una estatua que se dice es la papisa con su hijo; cuyo cuerpo está sepultado en el campo junto a San Pedro.
Item, iuxta Caliseum, in platea, iacet ymago que dicitur papa femina cum puero; cuius corpus ad Sanctum Pitreum in bonio [= bonna] est sepultum.
Ítem, ahí mismo, en la vía está la Majestad [= ángel] del Señor, que cuando ella pasaba le dijo: “De ningún modo pasarás”. Y ya que ella pasó, rompió aguas y arrojó del vientre al infante; por eso hasta hoy el papa no transita esa vía.
Item. ibidem, in platea est Maiestas Domini, que ei transeunti dixit: “Quomodo non transibis”. Et cum transiit, rupta fuit et reiecit de uentre infantem; unde papa adhuc non transibit uiam illam.

Notemos esta variante en la que se incluye (además de la estatua de la supuesta papisa y su hijo) otra estatua situada en las inmediaciones que es interpretada como figurando un ángel. Además no se alude a la inscripción y el sepulcro se traslada a las inmediaciones de San Pedro.

Representación de la papisa Juana. Boccaccio, Des Cleres et Nobles Femmes, BNF, ms fr 599 (s. XV), f. 88r

O) La segunda es el texto de Boccaccio sobre la papisa. Esta versión alcanzó gran difusión en su época por la fama del autor. El pasaje es largo pero quiero exponerlo completo porque aunque es un texto muchas veces citado, sin embargo es prácticamente imposible encontrarlo on line para el lector en lengua castellana.
Aparte de algunas pequeñas variantes (la más notable es que la llama Gilberta, conectando con la leyenda del papa-mago Gilberto), lo más interesante es el esfuerzo del autor para conciliar los datos y que el relato suene coherente (lo de inglés y de Maguncia, el primer amante muere, se subraya la tentación y la lujuria para explicar su error y descubrimiento). También es interesante desde el punto de vista del latín, por la elegancia del autor.

Giovanni Boccaccio, De mulieribus claris, cap. 98, BNF ms. lat. 6069N, f. 46v / ms. lat. 6069O, f. 61r - v; ambos del s. XV.
Sobre la papisa inglesa Juana
De Iohanna anglica papa
Juan, aunque por nombre parezca ser varón, sin embargo por sexo fue mujer. Su inaudita temeridad hizo que fuese famosísima en todo el orbe y recordada por la posteridad.
Iohannes, esto uir nomine uideatur, sexu tamen femina fuit. Cuius inaudita temeritas ut orbi toto notissima fieret et in posterum nosceretur effecit.
Aunque algunos dicen que su patria fue Maguncia, apenas se sabe sobre su verdadero nombre. Aunque hay quienes dicen que se llamaba Gilberta.
Huius etsi patriam maguntinam quidam fuisse dicant, quod proprium fuerit nomen uix cognitum est. Esto sint qui dicant fuisse Gilibertam.
Esto consta por el testimonio de algunos: siendo ella una doncella se enamoró de un joven estudiante; al cual dicen que amaba tanto que, dejando la timidez juvenil y el temor femenino, huyó a escondidas de la casa paterna, y cambiando de ropas y su nombre de joven, siguió a su amante.
Hoc constat assertione quorundam: eam uirginem a scolastico iuuene dilectam; quem adeo dilexisse ferunt ut, posita uerecundia uirginali atque pauore femineo, clam e domo patris effugeret, et amasium adolescentis in habitu et mutato sequeretur nomine.
Estudiando con él en Inglaterra, creyendo todos que era un clérigo, se consagró a Venus y al estudio de las Letras.
Apud quem in Anglia studentem, clericus existimatus ab omnibus, et Ueneri et litterarum militauit studiis.
De ahí, tras morir su joven amante, sabiendo ella el valor de su ingenio y atraída por la dulzura de la ciencia, reteniendo su ropa varonil, no quiso entregarse a otro hombre ni confesar que era mujer.
Inde, iuuene morte subtracto, cum se cognosceret ingenio ualere et dulcedine traheretur scientie, retento habitu, nec adherere uoluit alteri nec se feminam profiteri.
Todo lo contrario; aplicándose con tesón al estudio, hasta tal punto progresó en las artes liberales y estudios sagrados que era considerado superior a todos los demás.
Quin immo; studiis uigilanter insistens, adeo in liberalibus et sacris litteris profecit ut prae ceteris excellens haberetur.
Y así, dotada de una admirable erudición, ya en edad madura, se dirigió de Inglaterra a Roma. Y ahí, enseñando el trivium durante algunos años, tuvo insignes alumnos.
Et sic, scientia mirabili predita, iam etate prouecta, ex Anglia se Romam contulit. Et ibidem, aliquibus annis in triuio legens, insignes habuit auditores.
Y ya que además del saber era apreciada por su singular honestidad y santidad, creyéndola todos un hombre, por eso, siendo conocida por muchos, al morir el sumo pontífice León V, fue elegida al papado en lugar del difunto por común acuerdo de los cardenales; y se llamó Juan, que si hubiese sido varón, hubiese sido el número VIII.
Et cum praeter scientiam singulari honestate ac sanctitate polleret, homo ab omnibus creditus, et ideo, notus a multis, soluente Leone Quinto pontifice summo carnis debitum, a uenerandissimis patribus communi consensu pro mortuo in papatu suffectus est; nominatusque Iohannes, cui, si uir fuisset, ut Octauus esset in numero contigisset.
Pero ella, no temiendo ocupar la Cátedra del Pescador y participar, celebrar y administrar a otros todos los sagrados misterios, que a ninguna mujer le está permitido por la religión cristiana, ocupó por unos años el culmen del apostolado, y una mujer ejerció el vicariato de Cristo en la tierra.
Quae tamen, non uerita ascendere Piscatoris Cathedram et sacra misteria omnia, nulli mulierum a christiana religione concessum, tractare, agere et aliis exhibere, apostolatus culmen aliquibus annis optinuit, Christique uicariatum femina gessit in terris.
En verdad desde lo alto Dios, apiadado de su pueblo, no soportó que una mujer retenga tan insigne puesto, presida a tal pueblo y lo engañe con tan infausto error. Y a esta, que osaba lo indebido y no se detenía, la abandonó a su suerte.
Sane ex alto Deus, plebi sue misertus, tam insignem locum teneri, tanto presideri populo, tamque infausto errore decipi a femina passus non est. Et illam, indebita audentem nec sinentem, suis in manibus liquit.
Por eso, persuadida por el diablo, que la había inducido y la mantenía en tan impía audacia, de modo que la que como particular había guardado una singular honestidad, elevada en tan sublime pontificado cayó en el ardor de la lujuria; y a ella, que había sabido fingir otro sexo mucho tiempo, no le faltó astucia para saciar su lujuria.
Quamobrem, suadente dyabolo, qui eam in tam scelestam deduxerat atque detinebat audaciam, ut que priuata precipuam honestatem seruauerat, in tam sublimi euecta pontificatu in ardorem deueniret libidinis; nec ei, que sexum diu fingere nouerat, artes ad explendam defuere lasciuiam.
Pues de un paje, que a escondidas accedió al sucesor de Pedro y le rascó su ardiente comezón, ocurrió que la papisa quedó embarazada. ¡Oh crimen infame! ¡Oh invicta paciencia de Dios!
Nam adiumento, qui clam Petri successorem conscenderet et exurentem pruriginem defricaret, actum est ut papa conciperet. O scelus indignus! O inuicta pacientia Dei!
¿Qué pasó finalmente? A esta, que por mucho tiempo había podido fascinar los ojos de los hombres, le faltó ingenio para ocultar este parto impuro.
Quid tandem? Ei, que fascinare diu oculos potuerat hominum, ad incestuosum partum occultandum defecit ingenium.
Pues, adelantándose inesperadamente el plazo, mientras desde el Janículo iba al Laterano celebrando una sagrada procesión, entre el Coliseo y la iglesia del Papa Clemente, sin ayuda de una partera, con dolor, dio a luz públicamente.
Nam, cum is preter spem propinquior esset termino, dum ex Ianiculo amburbale sacrum celebrans Lateranum peteret, inter Coloseum et Clementis Pontificis aedem, obstetrice non uocata, enixa, publice paruit.
Arrojada de ahí a las tinieblas exteriores por los cardenales, por este fraude, con el que por tanto tiempo había engañado, excepto a su amante, a todos los hombres, murió la miserable entre llantos.
Qua fraude tamdiu, preter amasium, ceteros decepisset homines et, hinc a patribus in tenebras exteriores abiecta, cum fletu misella abiit.
Para execrar esta obscenidad y continuar el recuerdo de su nombre hasta hoy, los sumos pontífices, al celebrar las rogativas con el clero y el pueblo, ya que execran el lugar del parto que está situado en medio de su itinerario, omitiéndolo, se desvían por vías apartadas y por callejas, y así, una vez dejado atrás ese lugar detestable, retomando [su camino], acaban el itinerario que comenzaron.
Ad cuius detestandam spurciciem et nominis continuandam memoriam in hodiernum usque, summi pontifices, rogationum cum clero et populo sacrum agentes, cum locum partus medio eius in itinere positum abominentur, eo omisso, declinant per diuerticula uicosque, et sic, loco detestabili postergato, reintrantes, iter perficiunt quod cepere.
“arrojada a la tinieblas exteriores” equivale a condenada al infierno (Mt 8: 12; 25: 30).
“murió la miserable” también puede traducirse “partió ....”, pues el verbo “abiit” tiene ambos significados.
“entre llantos”, pero en varios textos aparece “cum fetu”, entonces sería “con el bebé”.
Nótese que he optado por la variante más conforme a la versión tradicional, es decir, que la papisa y su hijo mueren ahí mismo. Sin embargo puede parecer que Boccaccio a propósito deja el punto ambiguo; y si tomásemos la segunda traducción, sea que se trate de “partió con llantos” o “partió con su bebé”, estaríamos ante otra variante de la leyenda, en la que la heroína no muere. Esta nueva formulación de la leyenda la veremos en la siguiente entrada.

P) El mismo Boccaccio abordó este personaje en otra obra, en la que él encuentra, dialoga y reflexiona sobre personajes que tras conocer la gloria cayeron en desgracia. Ningún nuevo dato añade a lo ya visto, pero lo he querido incluir por su valor literario.

Giovanni Boccaccio, De casibus virorum et mulierum illustrium, lib. 9, cap. 6, f. 131v-132r (1475, incunable Ghent University). También: París 1520 (BSB) y Ausburgo 1544 (Österreichische NB)
Y he aquí que se alza una mujer, la cual, vestida con ropa pontifical y el cabello cortado hasta las orejas, parecía más un sacerdote que una mujer.
Et ecce mulier astitit, que, induta pontificalibus et deciso tenus aures crine, sacerdos pocius uidebatur quam femina.
A ella, aunque mucho lloraba, sin embargo maravillado yo oí que, tras dejar a sus padres de Maguncia, siguiendo clandestinamente a un joven al que amaba, había estudiado con él disfrazada con ropa varonil.
A qua ego, etsi plurimum fleret, mirabundus tamen accepi quod, moguntinis parentibus relictis, clam secuta iuuenem quem diligebat, secum incognita uirili in habitu studuisset.
Y tras la muerte de él, conservando la ropa [varonil] y la castidad, progresó tanto en los estudios liberales y sacros que entre los ingleses era considerado un hombre (no una mujer) célebre.
Eoque morte subtracto, in liberalibus sacrisque literis, habitu et castitate seruata, profecisset adeo ut apud anglos homo, non femina, celebris haberetur.
Y pasando los años, habiendo ido ella de Inglaterra a Roma, y enseñando ahí el trivium y teniendo ilustres alumnos, fue tan apreciada por todos que, al morir el papa León Quinto, imperando Lotario I, fue llevada al pontificado supremo, y recibió el ínclito nombre de Juan.
Et labentibus annis, dum se Romam ab Anglia contulisset, ibique triuium legeret illustresque haberet auditores, tante apud omnes opinionis fuit ut, mortuo Leone papa Quinto, imperante Lothario Primo, ad pontificatum maximum traheretur, et Iohannis sortiretur inclitum nomen.
Durante el pontificado, subyugada por la lujuria, quedó preñada; [y] yendo del Janículo al Laterano, entre el Coliseo y la iglesia de [San] Clemente, se decía que parió ante la mirada de todos.
In quo, subeunte libidine, pregnans effecta; petens ex Ianiculo Lateranum, inter Coloseum et Clementis sacellum, cunctis aduertentibus, peperisse dicebatur.
Y por eso, habiendo sido arrojada del ápice del pontificado, tras ocuparlo dos años, siete meses y unos días, se lamentaba que se había convertido en una mujercita miserable.
Et ob id, ex apice pontificatus, cum duobus annis et septem mensibus et diebus aliquibus sedisset, deiecta, misellam mulierculam deuenisse querebatur.
¡Oh ínclito Dios! ¿Qué no osan las mujeres? Ella tendió al pontificado los lazos de la honorabilidad y los estudios y casi por tres años, cumpliendo su deseo, lo obtuvo. Sin duda me hubiese reído, si no me lo hubiese impedido la dignidad [pontifical] burlada.
O Deus inclite! Quid non audent mulieres?Honestate et studiis hec laqueos pretendit papatui et fere per triennium, uoti compos effecta, possedit. Risissem equidem, ni lusa dignitas obstitisset.