viernes, 29 de junio de 2012

De brevitate vitae


El filósofo Séneca (Lucius Anneus Seneca) está entre los personajes romanos más conocidos y controvertidos. Por un lado tenemos su producción literaria como filósofo de la escuela estoica, con vehementes llamados al cultivo de la razón y una vida frugal y moderada. Pero por otro lado Séneca desarrolló una agitada carrera política, que le condujo desde su Andalucía natal hasta la corte imperial de Roma. Allí se ganó primero la envidia demencial de Calígula y luego la antipatía del desconfiado Claudio.
El viento de la fortuna sopló a su favor cuando Agripina, mujer de Claudio, lo nombró tutor de su hijo, Nerón. Y cuando el joven Nerón con solo 17 años ocupó el trono (a. 54 d.C.), el poder de Séneca fue ilimitado y sus riquezas incalculables: fueron cinco años durante los cuales el mundo romano fue regido por un filósofo.
Su estrella comenzó a declinar a medida que surgía el verdadero carácter de Nerón, el cual se fue rodeando de personajes tan malignos como él, todos ellos envidiosos del poder y riquezas acumuladas por Séneca. Naturalmente era un blanco fácil de criticar un filósofo que predicaba la moderación y que había amasado unas riquezas fabulosas, aunque él conducía su vida privada con sobriedad.
En vano intentó apartarse de la corte imperial e incluso donar sus bienes al emperador: caído en desgracia, nada le libró de las calumnias de sus acérrimos enemigos políticos. El año 65 Nerón le condenó a muerte, pero él, conforme a la doctrina estoica, prefirió suicidarse cortándose las venas.

Ilustración medieval de Platón, Séneca y Aristóteles. En el MS Hunter 231 (U. 3.4), p. 276, del s. XIV. Actualmente en la biblioteca de la University of Glasgow, Reino Unido. Los escritos de Séneca fueron muy apreciados por la Iglesia cristiana.

Entre sus numerosas obras destacan sus 12 Diálogos o tratados morales. El décimo está dedicado a un tal Paulino y se titula Sobre la brevedad de la vida, del cual extraigo un fragmento en el que podemos apreciar su estilo conciso pero cargado de imágenes impactantes.
Para facilitar el análisis a los estudiosos de latín he separado el pasaje en varios párrafos, que en el original forman un solo párrafo.

Ad Paulinum, De brevitate vitae, 8, 5
Nadie recuperará [sus] años, nadie te devolverá de nuevo a ti mismo. La vida seguirá tal como comenzó: ni volverá atrás ni se detendrá. No habrá tumulto, nada [nos] advertirá de su rapidez: se deslizará silenciosa.
Nemo restituet annos, nemo iterum te tibi reddet. Ibit, qua coepit aetas: nec cursum suum aut revocabit aut supprimet. Nihil tumultuabitur, nihil admonebit velocitatis suae: tacita labetur.
Ella no se prolongará más por mandato de un rey ni por el aplauso del pueblo. Transcurrirá tal como se puso en marcha desde el primer día: no se desviará, nunca se retrasará.
¿Qué ocurrirá? Tú estás ocupado, la vida va a prisa: mientras tanto se presentará la muerte, para la cual, quieras o no quieras, hay que tener tiempo.
Non illa se regis imperio, non favore populi longius proferet. Sicut missa est a primo die, curret: nusquam devertetur, nusquam remorabitur.

Quid fiet? Tu occupatus es, vita festinat: mors interim aderit, cui, velis nolis, vacandum est.

Esta constatación de la muerte como destino inexorable del hombre no conduce a nuestro filósofo ni a una visión frenética ni melancólica de la vida: el sabio no busca vivir muchos años sino vivir bien cada día que le regala la vida.

Ad Paulinum, De brevitate vitae, 7, 9:
Pero aquél que destina todo el tiempo a sus necesidades, que organiza cada día como [si fuese] el último, ni anhela ni teme el mañana.
Pues ¿qué es lo que puedes sacar ahora con una hora de nuevo placer? Todo está visto, todo ha sido experimentado hasta la saciedad.
At ille qui nullum non tempus in usus suos confert, qui omnem diem tamquam ultimum ordinat, nec optat crastinum nec timet.
Quid enim est quod iam ulla hora novae voluptatis possis adferre? Omnia nota, omnia ad satietatem percepta sunt.
Del resto que la Fortuna disponga como quiera: la vida ya está a salvo. A éste se le puede añadir [algo], quitarle nada. Y añadir como al que ya está saciado y lleno de un alimento, que ni desea ni le cabe.
De cetero fors fortuna, ut volet, ordinet: vita iam in tuto est. Huic adici potest, detrahi nihil. Et adici sic quemadmodum saturo iam ac pleno aliquid cibi, quod nec desiderat et capit.
Por consiguiente no hay que pensar que alguien ha vivido más por las canas y las arrugas: aquél no vivió más, sino que estuvo más tiempo.
¿Pues acaso piensas que ha navegado mucho aquél al que, [apenas] salido del puerto, una violenta tempestad le arrastró aquí y allá y por las vicisitudes de furiosos vientos contrarios se movió en círculo en el mismo espacio?
Aquél no navegó mucho, sino que fue muy zarandeado.
Non est itaque quod quemquam propter canos aut rugas putes diu vixisse: non ille diu vixit, sed diu fuit.

Quid enim si illum multum putes navigasse, quem saeva tempestas a portu exceptum huc et illuc tulit ac vicibus ventorum ex diverso furentium per eadem spatia in orbem egit ?
Non ille multum navigavit, sed multum iactatus est.


Doble busto (herma) de mármol (s. III), que representa a Séneca y a Sócrates. Perteneció a la Antikensammlung Berlin. Actualmente en el Pergamonmuseum, Berlín.




jueves, 21 de junio de 2012

Crucigramas en latín: junio 2012

Salvete gladiatores! Harena verborum adventum vestrum spectabat!
A partir de esta edición aparece un nuevo desafío para nuestros esforzados lectores: el sudoku romano, que en lugar de los números arábigos usa la numeración romana: una dificultad añadida a un desafío mental, que exige mucha paciencia y observación.
También nuestro crucigrama contendrá a partir de ahora una nueva dificultad: oculta entre las palabras cruzadas se halla una frase que, ordenada correctamente, desvelará su significado al traductor ingenioso.


El enlace para obtenerlo en documento de Open Office: 

 https://1drv.ms/w/s!AtHl5SZqDiVbgk2fogCUN2lG0ySs?e=vPa5iG




lunes, 18 de junio de 2012

Escenas matrimoniales en Roma


¿Qué hacía una pareja romana cuando surgía alguna riña familiar? Naturalmente en aquel entonces no habían psicólogos ni consejeros matrimoniales. En cambio ellos tenían un pequeño santuario en el monte Palatino: allí iban las parejas ante la diosa Juno y cada uno podía exponer sus quejas diciendo "lo que quisiera". Pero no ambos a la vez, sino cada uno a su turno, como si estuviesen ante un tribunal. Parece que la terapia funcionaba y los que subían enfadados volvían a sus casas en armonía.
Valerio Máximo, un autor que ya hemos citado anteriormente, es el que nos trae ahora una serie de pinceladas sobre la vida familiar romana. Está claro que él idealiza el pasado y trata de colocarlo como un ejemplo moral para su propia época (reinado de Tiberio, primera mitad del s. I d.C.) y sus relatos no son los de un historiador ni un filósofo sino los de un retórico que exhorta a sus ciudadanos a volver a los sencillos valores morales de la Roma antigua.

El fragmento está tomado de Valerius Maximus, Dictorum factorumque memorabilium libri IX, libro2, capítulo 1. No todas las ediciones concuerdan en la división de los parágrafos. He seguido la que me parece más lógica.

2.1.4. Ningún repudio se interpuso entre una mujer y un varón desde que se fundó la Urbe hasta en ciento cincuenta años. El primero, Espurio Carvilio, dejó a [su] mujer a causa de [su] esterilidad. El cual, aunque se veía que actuaba por una causa aceptable, sin embargo no se libró de una reprensión, porque se consideraba que ni el deseo de [tener] hijos se debía anteponer al vínculo conyugal.
2.1.4. Repudium inter uxorem et uirum a condita urbe usque ad centesimum et quinquagesimum annum nullum intercessit. primus autem Spurius Caruilius uxorem sterilitatis causa dimisit. qui, quamquam tolerabili ratione motus uidebatur, reprehensione tamen non caruit, quia ne cupiditatem quidem liberorum coniugali fidei praeponi debuisse arbitrabantur.

2.1.5. Y para que la honra de las madres estuviese más protegida por la valla del pudor, al llevar a juicio a una madre no permitieron que se tocase su cuerpo, para que su túnica se mantuviese sagrada al tacto de una mano ajena.
Antiguamente la costumbre de [beber] vino fue desconocida a las mujeres romanas, para que no cayesen en algún acto vergonzoso, porque de Baco, padre de la incontinencia, el próximo paso suele ser un amorío ilícito.
Por lo demás, para que su virtud no fuese triste y áspera sino que fuese temperada con una cierta clase de honesta afabilidad, con la indulgencia de los maridos, han tenido abundante oro y mucha púrpura para embellecer su figura, [y] con gran destreza se han enrojecido los cabellos con ceniza: pues entonces no se temía los ojos de seductores de matrimonios ajenos, sino que a la vez se custodiaba con escrúpulo el ver y el ser vista con mutuo pudor.
2.1.5 Sed quo matronale decus uerecundiae munimento tutius esset, in ius uocanti matronam corpus eius adtingere non permiserunt, ut inuiolata manus alienae tactu stola relinqueretur.

Vini usus olim Romanis feminis ignotus fuit, ne scilicet in aliquod dedecus prolaberentur, quia proximus a Libero patre intemperantiae gradus ad inconcessam uenerem esse consueuit.

Ceterum ut non tristis earum et horrida pudicitia, sed et honesto comitatis genere temperata esset, indulgentibus namque maritis et auro abundanti et multa purpura usae sunt, quo formam suam concinniorem efficerent, summa cum diligentia capillos cinere rutilarunt: nulli enim tunc subsessorum alienorum matrimoniorum oculi metuebantur, sed pariter et uidere sancte et aspici mutuo pudore custodiebatur.
2.1.6. Pero cada vez que surgía alguna riña entre marido y mujer iban al santuario de la diosa [Juno] Viriplaca, que está en el Palatino y allí después de decirse mutuamente lo que querían, depuesta la rivalidad, volvían reconciliados.
Se dice que la diosa recibió este nombre por aplacar a los maridos; y en verdad debe ser venerada (no sé si con sacrificios especiales y exquisitos) y honrada como protectora de la paz doméstica cotidiana, aquella que por su sola invocación devuelve a la dignidad de los maridos el debido honor de las mujeres en un mismo yugo de caridad.
2.1.6 Quotiens uero inter uirum et uxorem aliquid iurgi intercesserat, in sacellum deae Viriplacae, quod est in Palatio, ueniebant et ibi inuicem locuti quae uoluerant contentione animorum deposita concordes reuertebantur.
Dea nomen hoc a placandis uiris fertur adsecuta; ueneranda quidem et (nescio an praecipuis et exquisitis sacrificiis) colenda utpote cotidianae ac domesticae pacis custos, in pari iugo caritatis ipsa sui appellatione uirorum maiestati debitum a feminis reddens honorem.


Sarcófago de mármol (hacia 180 d.C.) de un matrimonio. Abajo una lucha entre amazonas y hombres. Hallado en Tesalónica. Actualmente en el Museo del Louvre.



Usque ad centesimum et quinquagesimum annum : Se discute sobre esta fecha y sobre la identidad de Spurius Carvilius: Dionisio de Halicarnaso en su obra en griego Antigüedades Romanas, sitúa este hecho en la 137 ª Olimpiada, es decir, el a. 521 a. C. (o. c. 2, 25). Una serie de erradas lecturas e interpretaciones han llevado en algunas publicaciones ha decir que nuestro autor afirma que "en 520 años no hubo ningún divorcio en Roma": algo inverosímil incluso en aquella época. Eso se debe en parte a que se ha querido identificar al personaje citado con Spurius Carvilius Ruga (mitad del s. III a.C.), a quien se le atribuye ser el primer fundador de una escuela elemental y de haber introducido la letra G en el alfabeto latino. Las fechas dadas por Valerio como por Dionisio son más creíbles, en cuanto son bastante anteriores a las leyes de las XII Tablas (450 a. C.), donde ya hay varias normas respecto al divorcio.
La reprehensio que recibe Spurius Carvilius podría referirse simplemente a la desaprobación general o a una referencia anacrónica a los censores (creados el a. 443 a. C.), que podían tachar la conducta moral de los ciudadanos privados
Liber es una antigua deidad romana a la que se atribuía haber enseñado a los hombres el cultivo de la vid y la elaboración del vino. Posteriormente se identificó con Baco.
Subsessor es literalmente el que está emboscado para atacar por sorpresa. Aquí en sentido figurado se usa para indicar a los que seducen con intenciones adúlteras.
Matrona: aunque traduzco "madre", en general indica la mujer casada, aunque no tuviese hijos. Además desde muy pronto la palabra adquirió la idea de dignidad moral y/o rango social.
Dea Viriplaca: un título de la diosa Juno. La etimología, tal como explica el mismo autor a continuación viene de "viri - placo".

sábado, 9 de junio de 2012

Malleus maleficarum: brujería e inquisición

Conversando con un amigo sobre la escasez de traducciones al castellano de la literatura latina sobre demonología y brujería, me he animado a emprender la traducción y publicación de algunos de los pasajes más importantes del Malleus Maleficiarum (El Martillo de las Brujas).
Este libro fue escrito probablemente en 1486 y tradicionalmente fue atribuido a los inquisidores Jacob Sprenger y Heinrich Kramer (Henricus Institoris), aunque actualmente se considera que éste último fue el único autor. En esta obra se trata de demostrar que el poder y maldad de las brujas es más grande que el que habitualmente se había reconocido oficialmente hasta entonces y que por lo tanto las autoridades eclesiásticas y civiles deben perseguirlas con la máxima dureza.
Gran parte del éxito editorial que obtuvo este libro en toda la Europa de aquel entonces se debió sin duda a que está salpicada de impactantes relatos sobre las supuestas prácticas de las brujas. Todo lo que la imaginación popular había forjado desde hace siglos sobre los poderes de las brujas, aquí se veía reflejado: declarado bajo juramento (y tortura) por gente que realmente había sido acusada y posteriormente quemada en la hoguera, y puesto por escrito por dos eminentes inquisidores. Este libro era como una actual novela de terror, con la diferencia que la gran mayoría de sus lectores creyeron que eran hechos reales. Su lectura sin duda contribuyó a aquella ola de odio y ciega persecución que constituye una de las páginas negras de la Humanidad.
Quien quiera leer más acerca de esta obra podrá hacerlo en la sección Escritores Latinos, de mi página Magister Humanitatis:
https://sites.google.com/site/magisterhumanitatis/escritores-latinos/malleus-maleficarum

Allí iré agregando poco a poco nuevas selecciones de fragmentos para que podamos hacernos una idea cabal de su contenido.
Ha continuación os ofrezco un pequeño pasaje, en el que se describe el modo en que se realiza el pacto con el diablo


El [pacto] solemne se hace entre ellos cuando las brujas acuden a cierta reunión, en un día acordado, y ven al demonio bajo el aspecto de un hombre; el cual las incita con la prosperidad terrenal y la longevidad a jurarle fidelidad, mientras aquéllas que asisten le piden que acepte a la novicia.
Solennis inter eos fit ubi maleficae in certam concionem, statuto die, veniunt et daemonem in assumpta effigie vident hominis; qui dum super servandam sibi fidelitatem, cum temporalium prosperitate et longitudine vitae hortatur, illae quae assunt novitiam suscipiendam sibi commendant.
Y el demonio, si halla una novicia o discípulo dispuesto a renegar de la fe y del culto cristiano, y de la mujer alargada (pues así llaman a la santísima virgen María) y a nunca venerar los sacramentos, entonces el demonio extiende la mano y a su vez el discípulo o la novicia, estrechándole la mano, jura cumplir esas cosas.
Et daemon, si de abneganda fide et cultu christianissimo, et de extensa muliere (sic enim et beatissimam virginem Mariam nuncupant), et si de sacramentis nunquam venerandis, invenerit novitiam seu discipulum voluntarium, tunc daemon manum extendit, et viceversa discipulus seu novitia, stipulata manu, illa servare promittit.
Y el demonio, una vez conseguido lo anterior, inmediatamente añade que eso no basta; y cuando el discípulo pregunta qué otra cosa debe hacer, el demonio le exige vasallaje, lo cual implica que le pertenezca eternamente en cuerpo y alma, y le ofrezca otros de cualquiera de ambos sexos que se unan a él.
Et daemon, habitis illis praemissis, statim subiungit haec non sufficere; et ubi discipulus quaenam alterius sint facienda inquirit, daemon omagium petit, quod continet, ut in anima et corpore sibi aeternaliter pertineat, et proposse alios quoscunque utriusque sexus sibi associare velit.
Por último los reúne para que se hagan ciertos ungüentos a partir de huesos y miembros de niños, principalmente de renacidos de la fuente bautismal, con los que podrán realizar todos sus deseos con su ayuda.
Adiungit denique ut certa unguenta ex ossibus et membris puerorum, et praecipue renatorum fonte baptismatis, sibi conficiant, per quae cunctas suas voluntates explere cum sua assistentia poterit.

Grabado del s. XVII (en el Compendium Maleficarum de Francesco Guazzo) que muestra las prácticas que supuestamente realizaban los brujos

A continuación el autor relata el testimonio de una joven bruja que renegó de la hechicería y sus confesiones sobre las supuestas prácticas de los hechiceros, lo cual se puede leer en el enlace que arriba he dejado.
Los estudiosos del latín podrán encontrar en esta obra muchos ejemplos de deformaciones y simplificaciones que caracterizan el latín de esta época, no solo en la escritura de las palabras sino también en la forma de construir las oraciones.

miércoles, 6 de junio de 2012

Lucrecio: poeta y médico del alma


En otro artículo pudimos saborear la habilidad del poeta Lucrecio para observar y describir la naturaleza, ahora os propongo un fragmento en el que se revela la finalidad de su poesía filosófica: el ser humano está enfermo interiormente y lo peor es que la gran mayoría desconoce el origen de su malestar, desconoce que la medicina está en la filosofía de Epicuro.
Lucrecio, como un hábil médico, en primer lugar presenta una detallada descripción de los síntomas de la enfermedad moral que oprime al hombre. Con pocas pinceladas nos retrata al romano rico, que lo tiene todo pero que siempre está insatisfecho y descontento de todo, una inquietud que le lleva de la ciudad a su villa en el campo, sólo para descubrir que ni dentro ni fuera encuentra lo que necesita. Lucrecio siente simpatía hacia sus conciudadanos: quizás durante un tiempo él mismo llevó esa misma vida vacía, que intenta llenarse con cosas variopintas y actividades frenéticas.
A continuación Lucrecio pasa a extirpar una de las flechas que atraviesan el corazón humano: el miedo a la muerte. La poesía y la pasión del predicador por momentos opacan la lógica y la fría fuerza argumentativa, pero el mensaje vibrante queda bien claro, para sus lectores de entonces como para los de hoy: la eterna muerte a todos nos aguarda, entonces no hay que luchar contra esta idea sino aceptarla con serenidad y valor.
A continuación los versos que constituyen el grandioso final del libro III (versos 1053 - 1094) de su poema De rerum natura.

Si los hombres, así como parecen darse cuenta
que llevan un peso en el alma que les agobia duramente,
también pudiesen conocer de qué causas se origina y por qué
hay como una mole de desgracia en el corazón,
no llevarían una vida así, como ahora generalmente vemos
que se ignora lo que se quiere y se busca sin cesar
cambiar de lugar como si así pudiese quitarse la carga.
Si possent homines, proinde ac sentire uidentur
pondus inesse animo quod se grauitate fatiget,
e quibus id fiat causis quoque noscere et unde
tanta mali tamquam moles in pectore constet,
haut ita uitam agerent, ut nunc plerumque uidemus
quid sibi quisque uelit nescire et quaerere semper
commutare locum quasi onus deponere possit.

Muchas veces sale fuera de su gran mansión aquél,
aburrido de estar en casa, y vuelve de inmediato,
ya que él se da cuenta que fuera nada es mejor.
Corre a [su] villa conduciendo los caballos precipitadamente,
apresurándose como si llevase auxilio a una casa en llamas;
bosteza en seguida, apenas ha llegado al umbral de la villa,
o cae en un sueño profundo y busca el olvido,
o incluso apresurándose se dirige a la Urbe y vuelve.
Exit saepe foras magnis ex aedibus ille,
esse domi quem pertaesumst, subitoque reuertit,
quippe foris nilo melius qui sentiat esse.
Currit agens mannos ad uillam praecipitanter,
auxilium tectis quasi ferre ardentibus instans;
oscitat extemplo, tetigit cum limina uillae,
aut abit in somnum grauis atque obliuia quaerit,
aut etiam properans urbem petit atque reuisit.

De este modo huye de sí mismo (pero sin duda ocurre que
no le es posible eludirse, está unido a su pesar) y se odia
por eso, porque el enfermo no sabe la causa de la enfermedad.
Si entendiese muy bien, dejando ya los bienes materiales, y
se esforzase por conocer primero la naturaleza de las cosas,
ya que de la eternidad, no del estado de una hora,
se trata, en la cual los mortales tienen todo el tiempo,
que queda después de la muerte y en el que deben permanecer.
Hoc se quisque modo fugit (at quem scilicet, ut fit,
effugere haut potis est, ingratis haeret) et odit
propterea, morbi quia causam non tenet aeger.
Quam bene si uideat, iam rebus quisque relictis
naturam primum studeat cognoscere rerum,
temporis aeterni quoniam, non unius horae,
ambigitur status, in quo sit mortalibus omnis
aetas, post mortem quae restat cumque manenda.

En fin, ¿qué tan dañina ansia por la vida nos empuja
a estar inquietos con tantas dudas en los peligros?
Pues un final cierto de la vida está fijado para los mortales
y no se puede evitar que comparezcamos ante la muerte.
Además siempre nos ocupamos y estamos en el mismo lugar
y viviendo [más] no se forja ningún nuevo deleite;
pero mientras falta lo que anhelamos, eso parece superar
lo demás; cuando se alcanza eso, después deseamos otra cosa
y la misma sed de vida [nos] tiene siempre hambrientos.
Denique tanto opere in dubiis trepidare periclis
quae mala nos subigit uitai tanta cupido?
Certa quidem finis uitae mortalibus adstat
nec deuitari letum pote quin obeamus.
Praeterea uersamur ibidem atque insumus usque
nec noua uiuendo procuditur ulla uoluptas;
sed dum abest quod auemus, id exsuperare uidetur
cetera; post aliut, cum contigit illud, auemus
et sitis aequa tenet uitai semper hiantis.

Y es dudoso qué fortuna trae el tiempo venidero,
o qué suerte nos ofrece o qué final nos acecha.
Ni prolongando la vida sustraemos un ápice
ni podemos alterar el tiempo de la muerte,
para que podamos estar muertos menos tiempo.
Posteraque in dubiost fortunam quam uehat aetas, quidue ferat nobis casus quiue exitus instet.
Nec prorsum uitam ducendo demimus hilum
tempore de mortis nec delibare ualemus,
quo minus esse diu possimus forte perempti.
Por tanto aunque viviendo quieras abarcar muchos siglos,
sin embargo esa muerte eterna igualmente [te] aguardará,
y no menos tiempo ya no existirá éste, que desde el día
de hoy llegó al final de la vida, y aquél
que murió hace muchos meses y años.
Proinde licet quot uis uiuendo condere saecla;
mors aeterna tamen nilo minus illa manebit,
nec minus ille diu iam non erit, ex hodierno
lumine qui finem uitai fecit, et ille,
mensibus atque annis qui multis occidit ante.



The Poncher Hours (hacia 1500), MS 109, fol. 156, en The J. Paul Getty Museum, New York.
La propietaria del devocionario, Denise Poncher, se enfrenta serenamente, con su libro de oraciones entre las manos, a la muerte, que ya se ha cobrado tres víctimas.
Para los estudiosos de latín unas pocas y breves indicaciones:
Pertaesumst : participio perfecto pasivo (en acusativo singular masculino) del verbo impersonal pertaedet. Es una forma arcaica que equivale a pertaesum.
Nilo : dativo y ablativo de nihil. Aunque nihil (menos habitual: nil) se considera indeclinable, sin embargo, tal como aquí vemos, en algunos autores aparece las formas nihilum (acusativo), nihilo (dativo y ablativo) e incluso nihili (genitivo).
Mannus: caballo de tiro, en concreto un tipo de caballo galo, pequeño y fuerte, percherón.
Periclis equivale a periculis. Illut equivale a illud.
Dubiost : forma arcaica del adjetivo dubius. En este caso equivale al ablativo dubio.