miércoles, 30 de mayo de 2012

Crucigramas en latín: mayo 2012

Antes que acabe el mes de mayo volvemos a proponer bajar a la Harena Verborum para probar nuestras fuerzas con nuestro crucigrama en latín: Una ocasión para recordar nuestros conocimientos de la lengua romana mientras que, como por un túnel del tiempo, volvemos a las calles empedradas y bebemos de una fuente de mármol: ¡Salve peregrinus! Adventum tuum exspectabamus.

Dionisio y Ariadna. Mosaico del s. III, conservado en el Museo Arqueológico de Sevilla



Como de costumbre dejo el enlace en word Open Office:

https://1drv.ms/w/s!AtHl5SZqDiVbglNQ-1BAB3FqR9MG?e=KNpiuB 


miércoles, 23 de mayo de 2012

Una anécdota de san Gregorio

Entre los personajes más notables entre finales de la Antigüedad e inicios de la Edad Media encontramos al monje Gregorio, más conocido como el papa san Gregorio Magno (¿540 - 604). Nacido en una noble familia romana, ocupó el cargo de prefecto de Roma, pero a la muerte de su padre renunció a la carrera política, convirtió la villa familiar en un monasterio y abrazó la regla de los monjes benedictinos. El año 579 tuvo que dejar su retiro por orden del papa Pelagio II, quien lo nombró diácono y lo envió a Constantinopla como legado ante el emperador Mauricio. Allí permaneció seis años y a su vuelta fue secretario del papa Pelagio II, al que sucedió el año 590.
Gregorio impulsó el ordenamiento característico de la liturgia occidental, escribió la Regula pastoralis como guía para el trabajo pastoral de los obispos. Él mismo dio ejemplo de humildad firmando en sus documentos oficiales como servus servorum Dei, en lugar de otros títulos papales. También revivió el espíritu misionero de la iglesia, enviando predicadores a Inglaterra que todavía permanecía en el paganismo.
No es de extrañar que un personaje tan notable en una época tan sombría (entonces Europa era azotada por frecuentes epidemias, guerras e invasiones y los últimos lazos con el imperio de oriente se rompían) quedase como punto de referencia para los siglos siguientes y se le atribuyese la autoría de muchos himnos así como la del llamado "canto gregoriano", que en realidad fue inventado un par de siglos más tarde.
A continuación presento una historia sobre Gregorio que es relatada por el monje inglés Beda el Venerable (¿672 - 735) en su obra Historia ecclesiastica gentis anglorum (Historia eclesiástica del pueblo inglés), en la que se explica cómo nace en Gregorio la idea de evangelizar Inglaterra.
Presento el texto tal como aparece en la Patrología Latina (Migne, PL 95):


Y no se debe callar el relato que sobre san Gregorio se ha transmitido hasta nosotros por una tradición de los mayores: a saber, qué causa le motivó a tener tan diligente preocupación por la salvación de nuestro pueblo.
Nec silentio praeterunda opinio, quae de beato Gregorio traditione maiorum ad nos usque perlata est: qua videlicet ex causa admonitus, tam sedulam erga salutem nostrae gentis curam gesserit.
Dicen que cierto día, habiendo llegado hacía poco unos mercaderes, muchos esclavos habían sido congregados en el foro y muchos se habían agolpado para comprar, y el mismo Gregorio había ido con otros y vio entre tantos unos esclavos jóvenes, de cuerpo blanco y de rostro agraciado y con un color de cabello excepcional.
Dicunt quia die quadam, cum advenientibus nuper mercatoribus, multa venalia in forum fuissent collata, multique ad emendum confluxissent, et ipsum Gregorium inter alios advenisse ac vidisse inter alia pueros venales positos, candidi corporis ac venusti vultus, capillorum quoque forma egregia.
Después de mirarlos, interrogó a aquéllos para que le dijesen de qué región o tierra habían sido traídos, y se le dijo que de la isla de Bretaña, cuyos habitantes tienen tal aspecto.
Quos cum aspiceret, interrogavit, ut aiunt, de qua regione vel terra essent allati; dictumque est quod de Britania insula, cuius incolae talis essent aspectus.
De nuevo preguntó si aquellos isleños eran cristianos o estaban atrapados en los errores paganos. Se le dijo que eran paganos. Entonces suspirando desde lo más hondo del corazón: "Oh que dolor", dijo, "que el padre de las tinieblas posea hombres de rostro tan luminoso y que tanta gracia de la apariencia externa contenga un alma vacía de la gracia interior".
Rursus interrogavit utrum iidem insulani essent christiani, an paganis adhuc erroribus essent implicati. Dictum est quod essent pagani. At ille intimo ex corde longa trahens suspiria: "heu proh dolor! inquit, quod tam lucidi vultus homines tenebrarum auctor possidet, tantaque gratia frontis speciei mentem ad internam gratiam vacuam gestat".
Entonces de nuevo preguntó cuál era el nombre de aquel pueblo. Se le respondió que eran llamados "anglos". Y él: "Bien", dijo, "pues también tienen un rostro angelical y conviene que éstos sean coherederos de los ángeles en el cielo".
Rursus ergo interrogavit, quod esset vocabulum gentis illius. Responsum est, quod Angli vocarentur. At ille: "Bene, inquit, nam et angelicam habent faciem, et tales angelorum in caelis decet esse coheredes.
"¿Qué nombre tiene la provincia de la cual éstos han sido traídos?" Se le respondió que los de esa provincia eran llamados "deiri". Y él : "Bien", dijo, "Deiri: de la ira arrancados y llamados a la misericordia de Dios. ¿El rey de aquella provincia cómo se llama?" Se le respondió que se llamaba Aella. Y él aludiendo al nombre dijo: "Aleluya: es necesario que se canten en aquellas tierras las loas de Dios creador".
"Quod habet nomen ipsa provincia de qua isti sunt allati?" Responsum est quod Deiri vocarentur iidem provinciales. At ille: "Bene, inquit, Deiri: de ira eruti et ad misericordiam Christi vocati. Rex provinciae illius quomodo appellatur?" Responsum est quod Aella diceretur. At ille adludens ad nomen ait: "Alleluia: laudem Dei creatoris illis in partibus oportet cantari".
Dirigiéndose al pontífice de la sede apostólica y romana, pues él todavía no había sido hecho pontífice, le rogó que enviase algunos ministros de la palabra al pueblo de los anglos en Bretaña, por los cuales se convirtiesen a Cristo, y que él mismo estaba listo para realizar esa obra con la ayuda de Dios, si le agradaba al papa apostólico que esto se hiciese.
Accedensque ad pontificem Romanae et apostolicae sedis, nondum enim erat ipse pontifex factus, rogavit ut genti Anglorum in Britaniam aliquos verbi ministros, per quos ad Christum converteretur, mitteret; seipsum paratum esse in hoc opus Domino cooperante perficiendum, si tamen apostolico papae hoc ut fieret, placeret.
Lo cual no pudo realizar entonces, porque aunque el pontífice quiso concederle lo que pedía, sin embargo los ciudadanos de Roma no podían permitir que se fuese tan lejos de la Urbe; más tarde cuando ejerció el oficio del pontificado, realizó la obra deseada tanto tiempo: enviando otros predicadores pero él mismo, para que fructifique la predicación, ayudando con sus exhortaciones y preces.
Quod dum perficere non posset, quia etsi pontifex concedere illi quod petierat voluit, non tamen cives Romani, ut tam longe ab Urbe recederet potuere permittere; mox ut ipse pontificatus officio functus est, perficit opus diu desideratum: alios quidem praedicatores mittens, sed ipse praedicationem ut fructificaret, suis exhortationibus ac precibus adiuvans.
Este relato que recibimos de los antiguos, consideramos oportuno insertarlo en nuestra Historia eclesiástica.
Haec iuxta opinionem quam ab antiquis accepimus, Historiae nostrae ecclesiasticae inserere opportunum duximus.

Beda Venerabilis, Historia ecclesiastica gentis anglorum, II, c. 1. (MIGNE, PL 95, col. 80-81 ).


Mosaico en la Westminster Cathedral, Londres. Representa a  san Gregorio y Agustín de Canterbury con los jóvenes esclavos anglos. La frase non angli sed angeli es un usual resumen de este episodio.
 
Habitualmente se suele situar esta historia después que Gregorio regresó de Constantinopla, por lo tanto durante el papado de Pelagio II. (579 - 590) y habría sido a éste a quien Gregorio habría solicitado ser enviado a Inglaterra como misionero.
Los anglos eran un pueblo germánico, de una región llamada Angeln (cerca de la actual ciudad de Kiel, en el extremo norte de Alemania) y su significado sería "estrecho" o "angular". Después del derrumbe del Imperio romano de Occidente, los anglos invadieron Inglaterra y se asentaron ahí.
Respecto a Aela, rey de Deira, sabemos que murió el año 588 y que su reino se extendía por el norte de Inglaterra, cerca de la moderna ciudad de York.
Fue el monje benedictino Agustín (¿ - 604), primer arzobispo de Canterbury, quien encabezó el grupo de misioneros que envió Gregorio y el fundador de la iglesia cristiana en Inglaterra.

viernes, 18 de mayo de 2012

Miserere mei, Deus


El salmo 51 (en la biblia hebrea, en la "nova vulgata", las traducciones modernas y la actual liturgia católica; pero 50 en la biblia griega, la anteriores ediciones de la vulgata y la liturgia católica hasta fines del s. XX) sin duda se debe contar entre las más hermosas composiciones poéticas del Antiguo Testamento. Su dramática descripción del arrepentimiento y el perdón, con una sucesión de eficaces imágenes, gradualmente lleva al lector del sombrío y amargo dolor del pecador hasta un luminoso himno de alabanza y gratitud del hombre perdonado.
Debemos tener en cuenta que los estudiosos están de acuerdo en que al menos los dos últimos versículos son un añadido posterior, indudablemente posterior a la destrucción de Jerusalén a manos de los babilonios (586 a. C.), quizás en tiempos de Nehemías, quien emprendió la reconstrucción de las murallas de Jerusalén un siglo más tarde. Respecto al resto, el mismo salmo en los dos primeros versículos (aunque los estudiosos no dan siempre credibilidad a estos encabezados o es oscuro el significado del texto hebreo) nos indica el autor y las circunstancias que supuestamente originan el salmo (uso la versión de la Neovulgata):

[1] Magistro choro. Psalmus David,
[2] cum venit ad eum Nathan propheta, postquam cum Bethsabee peccavit.
[1] Al maestro del coro. Salmo de David,
[2] tras haberle visitado el profeta Natán, después que él pecó con Betsabé.


La Biblia en 2 Sam 11-12 nos relata el crimen del rey David (s. XI - X a.C.), su adulterio con Betsabé y el complot para quitar la vida a su marido para poder desposarla, y su posterior arrepentimiento tras los reproches del profeta Natán. Este salmo sería entonces la oración de arrepentimiento del rey David, o por lo menos compuesta por alguien inspirado en esos sucesos. Naturalmente es mucho más eficaz para el lector si la oración se pone en boca del mismo David, siendo que el lector conoce la magnitud de su crimen.

Rey David en el Psalterium Egberti (a. 981), p. 20v, conservado en el Museo Archeologico Nazionale di Cividali del Friuli, Italia.

Este salmo siempre ha ocupado un lugar importante en la meditación, devoción y en la liturgia cristiana. y ha tenido diferentes adaptaciones, tanto con melodías cantables como con antífonas para su rezo comunitario. Su uso en las liturgias penitenciales y en Semana Santa lo hizo tan popular que la palabra miserere ha sido incluida prácticamente en todos los idiomas occidentales. De la época del Renacimiento es bastante conocida la composición de Gregorio Allegri (1582 - 1652). Mucho menos conocido y más antiguo es el motete de Josquin, que a continuación presento, tal como aparece en la edición de Ottaviano Petrucci, en sus Motetti de la Corona III (Fossombrone, 1519).
El texto sigue el llamado Salterio Galicano. Pongo en cursiva la frase miserere mei, Deus, cuando es un añadido de Josquin, no incluido en el texto original del salmo:

[3] Miserere mei, Deus,
secundum magnam misericordiam tuam
et secundum multitudinem miserationum tuarum
dele iniquitatem meam.
[3] ¡Oh Dios, apiádate de mí!
según tu gran misericordia y
según tu inagotable compasión,
borra mi iniquidad.
Miserere mei, Deus.
[4] Amplius lava me ab iniquitate mea
et a peccato meo munda me.
Miserere mei, Deus.
[5] Quoniam iniquitatem meam ego cognosco,
et peccatum meum contra me est semper.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[4] Lávame completamente de mi iniquidad
y límpiame de mi pecado.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[5] Pues yo reconozco mi iniquidad
y tengo siempre presente mi pecado.
Miserere mei, Deus.
[6] Tibi soli peccavi et malum coram te feci,
ut justificeris in sermonibus tuis
et vincas cum judicaris.
Miserere mei, Deus.
[7] Ecce enim in iniquitatibus conceptus sum
et in peccatis concepit me mater mea.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[6] Solo a ti ofendí e hice lo que para ti es malo,
pues has sido justo en tu sentencia
y eres excelso cuando juzgas.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[7] Pues he aquí que fui concebido en iniquidad
y en el pecado me concibió mi madre.
Miserere mei, Deus.
[8] Ecce enim veritatem dilexisti
incerta et occulta sapientiae tuae manifestasti mihi.
Miserere mei, Deus.
[9] Asperges me, Domine, hyssopo,
et mundabor;
lavabis me, et super nivem dealbabor.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[8]Pues he aquí que amaste la verdad,
me manifestaste lo desconocido y lo oculto de tu sabiduría.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[9] Empápame, Oh Señor, con el hisopo,
y estaré limpio;
lávame, y seré más blanco que la nieve
Miserere mei, Deus.
[10] Auditui meo dabis gaudium et laetitiam
et exultabunt ossa humiliata.
Miserere mei, Deus.
[11] Averte faciem tuam a peccatis meis
et omnes iniquitates meas dele.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[10] Darás gozo y alegría a mis oídos
y exultarán los corazones humillados.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[11] Aparta tu vista de mis pecados
y borra todas mis iniquidades.
Miserere mei, Deus.
[12] Cor mundum crea in me, Deus,
et spiritum rectum innova
in visceribus meis.
Miserere mei, Deus.
[13] Ne proicias me a facie tua
et spiritum sanctum tuum ne auferas a me.
Miserere mei, Deus.
[14] Redde mihi laetitiam salutaris tui
et spiritu principali confirma me.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[12] Crea en mí, oh Dios, un corazón puro
y renueva un espíritu justo
en mi interior.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[13] No me expulses de tu presencia
ni me arrebates tu santo espíritu.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[14] Devuélveme la alegría de tu salvación
y fortaléceme con un espíritu generoso.
Miserere mei, Deus.
[15] Docebo iniquos vias tuas
et impii ad te convertentur.
Miserere mei, Deus.
[16] Libera me de sanguinibus, Deus,
Deus salutis meae,
et exultabit lingua mea justitiam tuam.
Miserere mei, Deus.
[17] Domine labia mea aperies
et os meum annunciabit laudem tuam.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[15] Enseñaré a los inicuos tus caminos
y los impíos se convertirán a Ti.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[16] Libérame de la sangre, oh Dios,
Dios de mi salvación,
y mi lengua ensalzará tu justicia.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[17] Oh Señor, abrirás mis labios
y mi boca proclamará tu alabanza.
Miserere mei, Deus.
[18] Quoniam si voluisses sacrificium dedissem utique holocaustis
non delectaberis.
Miserere mei, Deus.
[19] Sacrificium Deo spiritus contribulatus:
cor contritum et humiliatum,
Deus, non despicies.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[18] Pues si hubieses querido un sacrificio
y te hubiese dado un holocausto
no lo habrías querido.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[19] Para Dios sacrificio es un espíritu abatido:
un corazón contrito y humillado,
oh Dios, no lo desprecias.
Miserere mei, Deus.
[20] Benigne fac, Domine,
in bona voluntate tua Sion,
ut aedificentur muri Ierusalem.
Miserere mei, Deus.
[21] Tunc acceptabis sacrificium iustitiae, oblationes et holocausta;
tunc imponent super altare tuum vitulos.
Miserere mei, Deus.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[20] Sé benigno, Oh Señor,
con Sión, según tu favorable designio,
para que se edifiquen los muros de Jerusalén.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[21] Entonces aceptarás el debido sacrificio,
las oblaciones y holocaustos,
entonces se ofrecerán novillos sobre tu altar.
¡Oh Dios, apiádate de mí!


El rey David implorando misericordia. Ilustración de las "Horae ad usum Parisiensem", f. 102r, del s. XV. Ms latin 1158, Bibliothèque Nationale de France.
Notemos que en los versículos iniciales (v. 3-7) predomina la idea del pecado repitiéndose varias veces la palabras iniquitas, que indica una grave injusticia, en este caso, un crimen gravísimo.
A partir del v. 8-9 comienza a cambiar el tono del salmo y comienzan a predominar los conceptos de purificación, conocimiento de Dios y alabanza., colocándose en el centro los v. 12-14 en los cuales se repite la palabra spiritus indicando la transformación que produce la fuerza divina en el hombre. Concluye el texto original con la promesa de vivir para alabar a Dios (v. 15-17).
La reflexión sobre la superioridad del sacrificio interior (v. 18-19) es consonante con la predicación de los profetas (Is 1, 10-17; Os 6, 6; Am 5, 21-25) pero parece en contraste con los v. 20-21 que expresan la piedad formalista del judaísmo posexílico (imbuido de nacionalismo y obsesionado por el cumplimiento riguroso de la Ley) y que posteriormente dará origen a la secta de los fariseos.
Pero la interpretación cristiana vio en esta alusión a Jerusalén una referencia a la ciudad celestial, el destino final del creyente, que es sacado de las tinieblas para ser llevado a la comunión perfecta con su creador y salvador.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Tenebrae factae sunt


El himno Tenebrae factae sunt es un resumen del relato de la muerte de Cristo tal como es relatado en Marcos y Mateo (Mc 15, 33 - 37; Mt 27, 45 - 50), aunque el final está tomado del relato de san Juan (Jn 19, 30). Por lo tanto es fácil comprender por qué desde siempre estuvo relacionado con las celebraciones penitenciales en general y con la semana Santa, en particular con el oficio de Viernes Santo.
Una rápida mirada al relato del evangelio de Mateo nos hará patentes las semejanzas y diferencias con el himno litúrgico. Uso mi propia traducción:

45. A sexta autem hora tenebrae factae sunt super universam terram usque ad horam nonam.
46. Et circa horam nonam clamavit Iesus voce magna dicens: "Eli, Eli, lema sabacthani?", hoc est: "Deus meus, Deus meus, ut quid dereliquisti me?"
45. Y desde la hora sexta cayeron tinieblas sobre toda la comarca hasta la hora nona.
46. Y hacia la hora nona Jesús exclamó con gran voz diciendo: "Eli, Eli, lema sabacthani?", es decir: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"
47-49. [Narran la escena del vinagre].
50. Iesus autem iterum clamans voce magna emisit spiritum
35-36. [Narran la escena del vinagre].
37. Jesús, clamando de nuevo con gran voz, entregó el espíritu.


Solo el evangelio de Juan (Jn 19, 30) refiere el detalle de la frase consummatum est y que murió inclinato capite :

30. Cum ergo accepisset acetum, Iesus dixit: "Consummatum est!" Et inclinato capite tradidit spiritum.
30. Luego, después de probar el vinagre, Jesús dijo: "¡Está consumado!" E inclinando la cabeza entregó el espíritu.


Como era habitual hasta el s. XVI en esta clase de himnos existieron varias lecturas alternativas, lo cual se refleja en los dos célebres motetes compuestos sobre este tema en el Renacimiento: el del flamenco Gaspar van Weerbecke (¿1455 - 1517) y el del español Tomás de Vitoria.

Book of Hours, use of Rome (France, 1513) manuscrito HM 1088 p. 77v, en la Huntington Library, Los Ángeles, USA.
La aparición de breviarios con ilustraciones contribuyó a la difusión de la devotio moderna.

A continuación presento el texto usado por Gaspar van Weerbecke, menos popular que el de Vitoria y que presenta mayores diferencias con respecto al texto habitualmente usado en la liturgia católica, con la peculiaridad, además, que los versos et inclinato capite emisisti spiritum están colocados en una posición ilógica, probablemente porque en el himno original era una antífona que volvía a repetirse al final del texto: al suprimir Gaspar la repetición de la antífona en el canto, se altera el relato lógico de la muerte de Cristo.

Tenebrae factae sunt,
o bone Jesu,
dum te crucifixissent Judaei.
Et circa horam nonam
exclamasti voce magna:
Deus, Deus meus,
ut quid dereliquisti me?
Cayeron tinieblas,
oh buen Jesús,
mientras los judíos te crucificaban.
Y hacia la hora nona
exclamaste con voz potente:
Dios, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?
Et inclinato capite
emisisti spiritum.

Cum ergo accepisses acetum,
dixisti: consumatum est.
E inclinando la cabeza
entregaste el espíritu.

Luego, después que probaste el vinagre,
dijiste: está consumado.

Si comparamos el texto del motete con los textos bíblicos, inmediatamente advertimos el sello característico de la llamada devotio moderna (iniciada a finales del s. XIV): se coloca los textos en segunda persona, como si se tratara de un diálogo entre el creyente y Cristo, creando un clima de intimidad y tratando de "proyectar" al orante dentro de la escena bíblica. Esa experiencia interior de Cristo en la oración luego debía producir una imitación de Cristo, que se entendía básicamente como una vida de entrega a la oración y la meditación.

martes, 15 de mayo de 2012

Qui velatus facie


Todos los cultores de la música antigua están familiarizados con la frase Qui velatus facie, que da título al primer de un grupo de motetes compuestos por el genial músico renacentista Josquin des Prez (¿1455 - 1521). Lo que no siempre sabemos es el trabajo de "deconstrucción y construcción" que hay detrás de muchas composiciones de este tipo. En otros artículos nos hemos detenido en analizar las variaciones de los textos (himnos, oraciones, antífonas) a manos de teólogos y copistas medievales. Ahora quisiera detenerme en analizar cómo los músicos también manejaron libremente los textos, ordenándolos o recortándolos según las exigencias que les imponía la creación musical.

Los textos que usó Josquin para su ciclo de motetes están tomados de un Officium de pasione Domini, que se había popularizado a finales del s. XV, en parte porque se atribuía a san Buenaventura (1221 - 1274), que supuestamente lo habría escrito a petición del rey san Luis de Francia, pero hay buenas razones para colocarlo entre los textos apócrifos del escritor franciscano (cf. Opera Omnia s. Bonaventurae, a cura de Adolpho Peltier, Parisiis 1871, vol. 1, p. lxxviii).
Este Officium comprendía una serie de oraciones, salmos, himnos y lecturas evangélicas que abarcaban desde el Matutinum, el oficio que se rezaba antes del amanecer, hasta el Completorium, el oficio que se rezaba antes de ir a dormir (el texto completo en o. c., vol. 14, p. 155 - 161).

Josquin usó para su composición musical solo algunos de los himnos incluidos en el Officium y los coloca en un orden distinto al original. Las alteraciones más patentes las encontramos en el motete In flagellis, en el que mezcla versos del himno de vísperas y de la hora sexta. También es muy llamativo que el motete Christum ducem se haya colocado al final del ciclo, pues éste es el himno que originalmente correspondía a las Laudes y por lo tanto, anterior al himno Qui velatus facie, que pertenecía a la Hora prima. Sin embargo el cambio no encaja mal porque en la obra de Josquin queda como una oración conclusiva que abre al creyente la esperanza de la gloria eterna, conseguida por la pasión de Cristo. Por último, otro rasgo llamativo es la ausencia de la hora nona en la composición de Josquin.

Verspottung Christi (La burla a Cristo) de Jan Baegert (¿1465 - 1527?), en el Stadtmuseum Münster, Alemania. Panel que originalmente pertenecía a un altar retablo.

Entre los manuscritos de este Officium, como es habitual, existen algunas pequeñas divergencias en la escritura de algunos versos, y de éstos con el texto usado por Josquin.
Las más llamativas son: el añadido al primer verso: [Tu], qui velatus facie..., y la ausencia del verso et penurias sustinuisti, la lectura alternativa de la 4ª estrofa (fac sitire, da venire, en lugar de fac nos ire et venire) y en la última estrofa (qua fidelis dare velis aeterna nobis gaudia en lugar de ac etiam dare velis beata nobis gaudia).
A continuación presento el texto tal como lo propone Josquin, según aparece en la colección de motetes de Ottaviano Petrucci (Motetti B, 1503), y coloco entre corchetes a qué hora canónica pertenecía originalmente cada himno.

[Ad primam]
Qui velatus facie fuisti
et penurias sustinuisti,
sol iustitiae,
flexis illusus genibus,
caesus quoque verberibus,
te petimus attentius,
esto nobis propitius
et per tuam clementiam,
perducas nos ad gloriam.
[En la hora prima]
[Tú] que se te cubrió el rostro
y soportaste penurias,
sol de justicia,
mofado por los que se arrodillaban
y golpeado con una vara,
te pedimos diligentemente
que nos seas propicio
y que por tu clemencia
nos conduzcas a la gloria.
[Ad tertiam]
Hora qui ductus tertia
fuisti ad supplicia,
Christe, ferendo humeris
crucem pro nobis miseris:
fac sic te nos diligere
sanctamque vitam ducere,
ut valeamus requie
frui caelestis patriae.
[En la hora tercia]
[Tú] que en la hora tercia fuiste
conducido al suplicio,
oh Cristo, portando al hombro
la cruz por nosotros, miserables:
haz que de tal modo te amemos
y llevemos una vida santa
que podamos en paz
gozar de la patria celestial.
[Ad vesperas]
In flagellis potum fellis
bibisti amarissimum.
Omni genti recolenti
tuae mortis supplicium,
da virtutem et salutem,
Christe, redemptor omnium.
[Ad sextam]
Honor et benedictio
sit crucifixo Filio,
qui suo suplicio
nos redemit ab inferno.
[En vísperas]
En el tormento una bebida de hiel
amarguísima bebiste.
A todo el pueblo que contempla
el suplicio de tu muerte,
dale fuerza y salvación,
oh Cristo, redentor de todos.
[En la hora sexta]
Honor y bendición
sean dadas al Hijo crucificado
que con su suplicio
nos redimió del infierno.
[Ad vesperas]
In amara crucis ara
fudisti rivos sanguinis,
Iesu Christe, Rex benigne,
consors paterni luminis.
Sanguis Christi, qui fuisti
peremptor hostis invidi,
fac nos ire et venire
ad cenam Agni providi.
[En vísperas]
En el amargo altar de la cruz
derramaste ríos de sangre,
oh Jesucristo, rey benigno,
copartícipe de la Luz paternal.
Sangre de Cristo, que fuiste
el aniquilador del enemigo envidioso
haznos acudir y asistir
a la cena del Cordero providente.
[Ad completorium]
Qui iacuisti mortuus
in petra rex innocuus,
fac nos in te quiescere,
semperque laudes reddere.
Succurre nobis, Domine,
quos redemisti sanguine,
et duc nos ad caelestia
aeternae pacis gaudia.
[En la hora de completas]
[Tú] que yaciste muerto
en una roca, rey inocente:
haznos descansar en Ti
y dirigirte alabanzas por siempre.
Socórrenos, oh Señor,
a los que redimiste con sangre,
y llévanos a los celestiales
gozos de la paz eterna.

[Ad laudem]
Christum ducem, qui per crucem
redemit nos ab hostibus,
laudet coetus noster laetus,
exultet caelum laudibus.
[En laudes]
A Cristo, el Guía, que por la cruz
nos redimió del enemigo,
le alabe nuestra gozosa asamblea
que el cielo exulte con cánticos
Poena fortis tuae mortis
et sanguinis effusio
corda terant, ut te quaerant,
Iesu, nostra redemptio.
El hondo dolor de tu muerte
y la efusión de tu sangre
estrujen los corazones, para que te busquen,
oh Jesús, redención nuestra.
Per felices cicatrices,
sputa, flagella, verbera,
nobis grata sint collata
aeterna Christi munera.
A través de tus benéficas cicatrices,
escupitajos, azotes, golpes,
se nos ha concedido los gratos
dones eternos de Cristo.
Nostrum tangat cor, ut plangat,
tuorum sanguis vulnerum,
in quo toti simus laeti,
conditor alme siderum.
Que toque nuestro corazón, para que llore,
la sangre de tus heridas,
en la que todos nos regocijamos,
oh indulgente Creador del firmamento.
Passionis tuae donis,
Salvator, nos inebria,
ac etiam dare velis,
beata nobis gaudia.
Con los dones de tu pasión
embriáganos, oh Salvador,
y también quieras darnos
los gozos celestiales.

Verspottung Christi (La burla a Cristo) de un pintor alemán conocido como Meister von Messkirch, activo entre 1512 - 1540, en el National Museum de Varsovia, Polonia.

El verso qui velatus facie fuisti hace alusión al relato de la pasión (Mc 14, 65; Lc 22, 64) según el cual cubrieron el rostro de Jesús y le daban bofetadas diciendo : "profetiza".
El verso flexis illusus genibus está inspirado en Mc 15, 18-19 que refiere que los soldados de Pilatos se arrodillaban ante Jesús diciendo "Salve, rey de los judíos".
El verso qui iacuisti mortuus in petra alude al hecho que el sepulcro de Jesús estaba excavado en la roca (Mt 27, 60; Mc 15, 46: in monumentum, quod erat excisum de petra).
El título Dux atribuido a Cristo (Christum ducem), es poco usual pero tiene fundamento bíblico en Ex 13, 21; 15, 13; Dt 32, 12; Is 55, 4; Miq 5, 2.
En el verso corde terant, tengamos en cuenta que el verbo tero implica la idea de golpear y limpiar, en cuanto antiguamente se lavaba la ropa golpeándola, usualmente contra una piedra: la sangre de Cristo y el dolor de su muerte son el agua y la piedra en la que el corazón del creyente se purifica.

sábado, 12 de mayo de 2012

Horae Sanctae crucis


Las Horae sanctae crucis son un conjunto de oraciones organizadas para usar en la llamada "Liturgia de las Horas", que es un determinado conjunto de oraciones dispuestas para ser rezadas a lo largo del día, una práctica muy antigua que se originó entre los monjes del desierto y los presbiterios, germinalmente en el s. IV y más claramente organizado en el s. V.
Por otro lado, el lector moderno tenga en cuenta que en aquel entonces no se solía dividir las horas del día como actualmente acostumbramos, sino que ellos contaban la hora prima a partir de las seis de la mañana, la hora secunda eran las siete, y así hasta la hora duodécima (las seis de la tarde), mientras que las 12 horas de la noche se dividían en 4 vigiliae de tres horas cada una (prima vigila, secunda vigilia, etc). Así la Liturgia de las Horas se agrupaba en 8 bloques de oraciones (Maitines, Laudes, prima, tertia, sexta, nona, Vísperas y Completas).

A partir de la segunda mitad del s. XV, cuando se popularizaron los devocionarios privados, no solían faltar en ellos las Horae sanctae crucis (es decir; liturgia de las Horas de la santa cruz). Bellos ejemplos de esto tenemos en las Heures à l'usage de Tournai (Willamette Hours), c. 1460-1489, en la Willamette Library, Oregon, USA; el manuscrito GkS 1610 4º (The Della Porta Hours), hacia 1478-1480, en la Royal Library, Copenhague; las Horae sanctae crucis, hacia 1495, en la Cambridge University Library, Inglaterra, etc.

Este conjunto de oraciones se solía atribuir al papa Juan XXII (1244 - 1334), pero parece que ese error surgió por el hecho que ese papa concedió un año de indulgencia a quien lo rezara. En realidad la obra debe atribuirse al obispo agustino Egidio Romano (1247? - 1316), filósofo y teólogo, discípulo de santo Tomás (cf. Analecta Hymnica Medi Aevi (AL), vol. 30, p. 32-35), autor del oficio De Passione Domini o también conocido como Patris Sapientia, por las palabras iniciales del primer himno.


Tríptico de las Horas canónicas, de autor desconocido (inicios del s. XV) en la catedral de Lübeck, Alemania. Obra inspirada en la devoción a las Horae sanctae crucis, cuyo texto traducido al alemán antiguo ilustra cada escena.

El texto se encuentra en los manuscritos con múltiples pequeñas variantes, supresiones y añadidos, sobre todo en las oraciones iniciales (las dos primeras estrofas) y finales (aquí no las incluyo).


El texto que presento a continuación es el que fue inmortalizado al ser musicalizado genialmente por el compositor francés Loyset Compère (1445 - 1518), popularmente conocido hoy entre los amantes de la música renacentista como Officium de cruce (In nomine Iesu).
Entre corchetes he colocado la hora litúrgica a la que pertenece cada himno

Que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla
del cielo, de la tierra y de los infiernos.
porque el Señor por nosotros se ha hecho
obediente hasta la muerte,
y una muerte de cruz.
In nomine Iesu omne genu flectatur
caelestium, terrestrium et infernorum,
quia Dominus factus est pro nobis
obediens usque ad mortem,
mortem autem crucis.
A.: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R.: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
A.: El que sufrió por nosotros.
R.: Se apiade de nosotros.
A.: Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
R.: Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.
A.: Qui passus est pro nobis.
R.: Miserere nobis.

[Maitines]
La Sabiduría del Padre, la Verdad divina,
el Dios-Hombre es capturado de madrugada,
abandonado de prisa por los discípulos que le conocían,
entregado a los judíos, vendido y afligido.
[Matutinum]
Patris Sapientia, Veritas divina,
Deus homo captus est hora matutina,
notis a discipulis cito derelictus,
a Iudaeis traditus, venditus et afflictus.

[Prima]
En la hora primera Jesús fue llevado ante Pilatos
y acusado de muchas cosas por falsos testigos
atado de manos le golpean con bofetadas,
escupen el rostro de Dios, grata Luz del cielo.

[Primam]
Hora prima ductus est Iesus ad Pilatum,
et a falsis testibus multum accusatum,
colaphis percutiunt manibus ligatum,
vultum Dei conspuunt Lumen caeli gratum.

[Tercia]
"Crucifícale", clamaban en la hora tercia;
ultrajado, le visten con una túnica púrpura,
su cabeza es atormentada por una corona de espinas.
Al hombro lleva la cruz al lugar del suplicio.

[Tertiam]
"Crucifige", clamitant hora tertiarum;
illusus induitur veste purpurarum,
caput eius pungitur corona spinarum.
Crucem portat humeris ad locum penarum.


[Sexta]
En la hora sexta Jesús es clavado en la cruz
y junto con ladrones destinado a la muerte.
sediento por los tormentos es saciado con hiel:
¡así fue mofado el Cordero que disuelve el mal!
[Sextam]
Hora sexta Iesus est in cruce clavatus
et est cum latronibus morti deputatus.
Prae tormentis sitiens felle saturatus:
Agnus crimen diluens sic ludificatus!

[Nona]
En la hora novena Jesús expiró,
clamando "Eli" encomendó su espíritu al Padre.
Un soldado perforó con una lanza su costado.
Entonces la tierra tembló y el sol se oscureció.

[Nonam]
Hora nona Dominus Iesus expiravit,
Heli clamans spiritum patri commendavit.
Latus eius lancea miles perforavit.
Terra tunc contremuit et sol obscuravit.

[Vísperas]
Fue bajado de la cruz en la hora vespertina.
La Fuerza se ocultó en Dios.
La Medicina de la vida soportó tal muerte.
¡Ay! ¡la Corona de gloria yació inerte!

[Vesperas]
De cruce deponitur hora vespertina.
Fortitudo latuit in mente divina,
talem mortem subiit vitae Medicina.
Heu! Corona gloriae iacuit supina!

[Completas]
Al final del día se le da sepultura,
el noble cuerpo de Cristo, esperanza de vida futura,
es ungido con perfume: [así] se cumplen las Escrituras.
Que sea perenne el recuerdo: [tu] muerte es mi salvación.
[Completorium]
Hora completorii datur sepulturae,
corpus Christi nobile, spes vitae futurae,
conditur aromate: complentur Scripturae.
Iugis sit memoria: mors mihi curae.

La primera estrofa (in nomine Iesu ..) es una paráfrasis de un texto de san Pablo (Fil. 2, 8-10).
La segunda estrofa es una antífona que hasta hoy se mantiene en la liturgia católica del Viernes Santo.
Las siguientes siete estrofas describen la pasión de Cristo, comenzando en su captura y que concluye con su sepultura.
En la octava estrofa la metáfora "fortitudo latuit in mente divina" puede prestarse a dos interpretaciones. Mi primera traducción fue: "una gran valentía latía en el proyecto divino", basado en que "fortitudo" es el valor moral ante las dificultades, la capacidad de soportar el sufrimiento e incluso la muerte: es la cualidad de los mártires, de los cuales Cristo es el modelo. Y tomé "latuit" en el sentido de Mt 11, 25-26 y I Cor 2, 6-8, donde el proyecto divino de salvación a través del sufrimiento de Cristo permanece "oculto", es decir ininteligible, para los malvados, incapaces de ver la fortitudo de Cristo, su propósito y su triunfo final. Pero actualmente esa solución me parece demasiado intelectual y poco acorde con el tenor general del poema. El autor usa varias metáforas para referirse no tanto a nociones teológicas sino a la persona misma de Cristo: Sabiduría del Padre, Verdad divina, Luz del cielo, Cordero, Medicina de Vida, Corona de gloria. Por lo tanto "la Fuerza" no es tanto una cualidad, sino Cristo mismo. Y la "mente divina" no es tanto el proyecto divino sino Dios mismo. Este término aunque tiene muchas connotaciones teológicas y filosóficas, creo que aquí simplemente es usado por la rima (vespertina, divina, Medicina, supina). Creo que el autor quiere trasmitir una imagen poética: las Vísperas se rezan al caer el sol,y esa es la metáfora de la muerte: Cristo se oculta en Dios. 
El verso: "iugis sit ..." tiene diversas variantes en los manuscritos y es fácil pensar que el autor se apartó de las reglas del latín clásico (cosa frecuente en el latín medieval). Descarto mi primera solución: "que para mí esté unida tu muerte al recuerdo de mi curación".Opto por una solución más sencilla, agregando dos puntos y un verbo implícito.